La manzanilla, también conocida como camomila, es una de las hierbas más antiguas de las que se tiene constancia, y también una de las que más propiedades medicinales y culinarias poseen.

Tanto si eres un amante de las infusiones de manzanilla, como si quieres saber más sobre el origen, variedades, propiedades y usos de esta planta, te invitamos a que leas este artículo para que a partir de ahora aproveches al máximo todos sus beneficios.

Origen y variedades de la manzanilla

La manzanilla ha sido parte de la cultura y la medicina tradicional durante siglos. En la antigüedad, se utilizaba en rituales y ceremonias religiosas por sus propiedades curativas y se asociaba a deidades como el dios griego Apolo.

En Egipto, la manzanilla se utilizaba en rituales de embalsamamiento y como ofrenda al dios Ra. Por su parte, los romanos la utilizaban para crear coronas y infusiones, y creían en sus propiedades terapéuticas.

Quizá no lo sabías, pero en la actualidad hay tres variedades principales de la manzanilla, y cada una tiene un origen diferente.

Por una parte, está la manzanilla romana (Chamaemelum nobile), que es originaria de Europa occidental y es la que posiblemente estés acostumbrado a tomar. Se ha empleado desde la Edad Media por sus numerosas propiedades terapéuticas y su nombre proviene del griego «khamaimēlon», que significa «manzana de tierra», debido -como podrás imaginar- a su claro olor a manzana.

Pero por otro lado se encuentra la manzanilla alemana, (Matricaria chamomilla), es procede tanto de Europa como de Asia occidental. Su aceite es famoso por sus propiedades antiinflamatorias, sedantes, antiespasmódicas y antioxidantes.

Además, existe un tercer tipo de manzanilla, la denominada “silvestre” (Matricaria discoidea), también conocida como «hierba de piña» y que se encuentra sobre todo en América del Norte. Se utiliza en remedios caseros.

Beneficios de la manzanilla para la salud

Beber una infusión de manzanilla te va a reportar numerosos beneficios. Tanto la manzanilla romana -la más popular y consumida- como la alemana se han empleado durante siglos para tratar todo tipo problemas de salud, pero también por su dulce sabor afrutado.

La manzanilla es conocida por sus propiedades sedantes, calmantes y antiinflamatorias. Actúa como un calmante natural, reduciendo los niveles de estrés y ansiedad, lo que la hace ideal para promover un sueño reparador.

También es empleada como un tratamiento tradicional para aliviar trastornos digestivos, como indigestión y náuseas, ya que mejora la digestión al relajar los músculos intestinales. Así, evita la indigestión y reduce la pesadez después de las comidas. Además, ayuda a aliviar dolores estomacales y cólicos abdominales gracias a sus flavonoides.

Además, su contenido en colina protege al hígado y ayuda a eliminar la grasa de la sangre, e incluso puede ayudar a regular los niveles de azúcar, lo que es muy útil para controlar la diabetes.

En general, contribuye a mantener el sistema inmunológico en condiciones normales, ayudando a prevenir infecciones y estados inflamatorios.

Pero la manzanilla no solo se utiliza en infusiones, sino que también es un ingrediente versátil en la cocina. Puedes agregarla a postres como helados y galletas para darles un toque floral, o añadirla en bebidas como limonadas y cócteles para otorgarles un sabor único.

Propiedades cosméticas de la manzanilla

Además de por sus beneficios para la salud, la manzanilla también es muy apreciada para llevar a cabo tratamientos cosméticos.

Por ejemplo, se emplea esta planta para el cuidado de la piel, ya que ayuda a suavizar y limpiar los tejidos, reduciendo irritaciones y alergias gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.

Los aceites esenciales y macerados de manzanilla son muy habituales en cremas y ungüentos para pieles delicadas. Además, su capacidad para calmar la piel la hace ideal para tratar problemas como el acné y la rosácea.

De la misma forma, se utiliza como componente en champús para aclarar y dar brillo al cabello. Gracias a sus propiedades, contribuye a promover un crecimiento saludable del pelo, sobre todo en mujeres y niños.

Además, el aceite esencial de manzanilla es fantástico para aromaterapia y puede ser utilizado en difusores para promover la relajación. Si por ejemplo se combina con otras hierbas como la lavanda, se pueden potenciar sus efectos calmantes.

Como curiosidad, la manzanilla también puede emplearse para hacer rituales por su poder para fomentar la buena energía. Por ejemplo, se utiliza en ofrendas y ritos para atraer la prosperidad y la buena suerte. ¿A que ahora entiendes por qué ha sido una planta tan apreciada por muy diversas culturas durante siglos?