El té Matcha tiene un origen milenario. A pesar de que procede de China, fue en el Japón imperial donde esta bebida consiguió un estatus cultural importante. Allí era empleada principalmente en las ceremonias y era considerada como un símbolo de paz y de armonía espiritual. Hoy día Japón es uno de los principales productores de té Matcha, gracias a su clima cálido y húmedo, y a un terreno volcánico fértil, rico en minerales, que potencia el cultivo y protección del Matcha.

La bebida se obtiene a partir de las hojas de una planta llamada Camellia Sinensis, la planta del té. Sin embargo, sólo el té más puro se utiliza para la producción de Matcha. Se llama “Tencha” y se obtiene de la carne pura de las hojas superiores de la planta del té. 

Se cultiva en la sombra, para potenciar los niveles de clorofila y antioxidantes, y hasta un par de semanas antes de su recolección, las hojas del té están cubiertas con redes que no dejan pasar la luz. Así, se aumenta la producción de clorofila y aminoácidos, responsables de que el té tenga ese color verde vibrante que la caracteriza.

En la actualidad, el té Matcha goza de gran popularidad debido a sus múltiples propiedades y beneficios para la salud. En este artículo conocerás todas ellas y también desmontaremos alguns mitos en torno a esta bebida milenaria.

Verdades acerca del té Matcha

A continuación, encontrarás algunas verdades irrefutables sobre el té Matcha:

–Posee un alto índice de antioxidantes. Esto se debe a las catequinas (particularmente de la EGCG), una sustancia que combate los radicales libres y mitiga el estrés oxidativo.

Este componente incluso es relacionado con la pérdida de peso ya que tiende a aumentar considerablemente el gasto calórico. En este sentido, puedes usarlo como parte de tu dieta para adelgazar.

-Posee cafeína. Sin embargo, el efecto que produce es totalmente diferente al del café como tal.

La cafeína en el matcha tiende a ser liberada de manera gradual, motivado por la presencia de L-teanina, un aminoácido que se encarga de equilibrar todos sus efectos.

Además, brinda una sensación de alerta, pero sin llegar a los picos de energía o a los bajones que se pueden experimentar al ingerir una taza de café.

-Es un ingrediente de cocina. No solamente lo puedes usar de la forma tradicional mediante una infusión en agua caliente, también puedes incluirlo en recetas dulces y saladas, tales como batidos, pasteles o helados.

De hecho, posee un sabor umami y vegetal que se adapta perfectamente a muchas propuestas culinarias.

Mentiras y mitos sobre el té matcha

Con el paso del tiempo, el té matcha ha dado lugar a que se generen muchos mitos asociados no solamente a sus propiedades como tal, sino también a sus efectos en la salud humana.

Estos son algunos de los más conocidos:

-Todos los tés matcha saben igual. Es falso, ya que existen varios grados de calidad, como el culinario, barista o ceremonial.

Por ejemplo, el ceremonial, por lo general, es el de mayor calidad. Este lo puedes beber solo y es muy rico.

El barista es el que se recomienda para hacer batidos y tomarlo con leche. Mientras tanto, el culinario suele ser de menor calidad, aunque posee un sabor muy fuerte y se sugiere utilizarlo para preparar alimentos.

-El matcha siempre sabe amargo. No es cierto, porque básicamente el amargor del matcha varía de acuerdo a su calidad.

Si compras uno ceremonial, probablemente te encuentres con un sabor más dulce y umami. De hecho, los que son de grados más bajos habitualmente son los que saben más amargos.

Además, una forma de determinar que un matcha es de buena o mala calidad, es probando qué tan amargo sabe.

Sin embargo, también influye mucho la preparación. Si no es la adecuada, conseguirás un té con un amargor muy fuerte y difícil de digerir.

-El matcha no se puede manipular con metal. La cultura nipona emplea utensilios fabricados en bambú y cerámica para manipular el matcha.

Sin embargo, es falso que los artículos de cocina hechos en metal afecten el sabor o las propiedades de la bebida.

Además, en Japón, tienen la costumbre de apoyarse en tamices elaborados en metal para poder tamizar correctamente el polvo antes de realizar la preparación de la bebida, así que como ves, esto no es más que un mito.